Hoy la muerte puso de luto a los amantes del deporte universal, se despedía para siempre un argentino que supo ganarse el cariño de todos en cualquier parte del mundo.
Su partida deja más que lágrimas en un mundo que lo adoró por la manera elegante de mostrarse en un estadio, de anticipar desafíos o entretener al público de una manera única como pocos podían hacerlo.
Hay quienes dicen que para el pibe, tocar un balón, era como caminar por el cielo sin tantos desafíos, soñar despierto y disfrutar cual si fuera una fiesta a la que asistía con sus mejores galas.
Siempre fue así, entregado, profesional y amante indiscutible de un deporte que lo atrapó para toda la vida desde la primera vez que visitó una cancha.
Maradona era uno de los pocos en el planeta que podia considerarse un mito en vida, asi se mostraba con su sobresaliente personalidad, su fuerte carácter, su forma de ser, su vida exagerada.
Asi fué, un mito que arrastraba con una leyenda y un nombre que sobrepasaba mucho en la historia. El nombre de uno de los cuatro fantásticos del mundo del balompié retirados al que pocos llegarán.
Es difícil separar el nombre de Maradona del césped, del tapete verde, de una imagen que nos enamoró, con un dominio del balón inigualable, solo apto para Dioses.
Ese mismo balon que en muchísimas oportunidades se convertía en parte de su cuerpo, tal vez porque nadie lo trató nunca con tanta pasión.
" El pelusa" , como le conocieron por su larga cabellera durante su juventud, demostró ser un elegido cuyo único límite existente entre él y su fútbol era la imaginación.
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